La
afortunada ciudad de Ocaña que en el siglo XVlll recibió la visita de la madre
de Dios debía hospedar en la siguiente centuria al mismo señor de los cielos.
Cuenta
la tradición envuelta en finísimos tules de leyenda que por los años de 1838
vivía en lugar preciso donde se levanta el santuario de Jesús cautivo la señora
Dionisia Lázaro de Navarro, mujer humilde y religiosa, que se dedicaba a la
granjería de arepas y hallándose el
segundo domingo del mes de julio lavando el maíz que le serviría para dar
cumplimiento a sus obligaciones del siguiente día, halló entre el un pequeño
tejo que alargó a uno de los niños para entretención suya achacándole al mismo
el haberlo mezclado con el grano; pero esto ocurrió sucesivamente durante
muchos días, y aunque unos se los entregaba a los niños y otros los arrojaba
lejos a la huerta, siempre aparecía el mismo tejo revuelto con el maíz.
Al
fin, extrañada, se detuvo a observar el misterioso objeto y noto con sorpresa
los rasgos Ecce Hommo: Lo colocó en el humilde oratorio de su casa y prendió
ante ella una lampara; comenzó a extenderse la noticia de la bendita aparición,
y el divino señor siguió lentamente perfeccionando su forma para dejar de ser
la sombra vaga e imprecisa de un principio y convertirse en la estampa
inobjetable del redentor, presentado por Pilatos al pueblo judío.
Recuerdan los
que ya van declinando en el camino de la vida como en su niñez constituía un
acontecimiento visitar la casa de doña Dionisia para ver al señor maniatado por
nuestras culpas y los pequeños se subían a la cama a cuya cabecera estaba el
altarcito dónde se veneraba a quien desde entonces la voz popular llamo JESUS
CAUTIVO.
Entre
los años de 1892 a 1895 la afluencia y
la devoción de los fieles se hizo tal que la casa de la señora Dionisia
no era ni capaz ni apropiada para tal romería y se resolvió levantar allí un
templo. el Pbro. Guillermo Fajardo Castañeda – a quien Ocaña tanto debe y cuyo
recuerdo guarda muy hondo dentro de su corazón - encabezó y animó la junta
constituida para el efecto y en 1899, el excelentísimo señor obispo de la
diócesis en ese entonces Mons. Rafael Calderón, hallándose en visita pastoral
bendijo la capilla pequeña y recogida, dónde el
espíritu se transporta a regiones etéreas dónde el alma se sentía toda
sublimada: oasis de paz en el transcurso de la vida; relicario de amor divino
en el muladar del pecado; capilla que era, finalmente para decirlo en la vida
expresión del poeta:”como un cofrecito abrigado por la tradición popular”.
Y
con el templo surgió el culto publico, en un principio su fiesta se celebraba
el primero de julio; día de la preciosísima sangre de nuestro señor y luego,
buscando la mayor solemnidad se estableció el segundo domingo del mismo mes.
Medio
siglo llevaba de construida la primera iglesia en HONOR A JESUS CAUTIVO, y volviese incapaz de contener la afluencia de devotos y el corazón de estos
exigía que una nueva y amplia edificación remplazara a la anterior; se
constituyó una junta y el domingo de pascua de 1951 se colocó la primera piedra
del actual templo, que se ha ido enriqueciendo con diversas donaciones y cuya
rápida conclusión es señal patente e inequívoca de la autenticidad de la
milagrosa imagen que allí se venera.
La
incredulidad no ha dejado de lanzar su babaza inmunda, y el escepticismo no ha
perdido ocasión de sonreír pero es un hecho que todos pueden constatar y palpar
que la sombra imprecisa de los primeros días ha llegado a ser una imagen en alto relieve; que a sus
plantas van enfermos del cuerpo y del alma y encuentran la salud; van lisiados a
tomar el agua de sus lámparas o a bañarse con ella, y muchas veces han vuelto
curados, y actualmente el templo de JESUS CAUTIVO es uno de los lugares
piadosos de Ocaña dónde la devoción es mas ardiente, donde se oye continuamente
el grito del ciego de Jericó: hijo de David, ten piedad de mi; o el más
angustioso aun de los discípulos en el revuelto tiberiades: Señor sálvanos que
perecemos!
(Sacada
de la novena de JESUS CAUTIVO)
EL
CAUTIVO MILAGROSO (Revista semana)
“No
sólo la inteligencia y el sigilo de las Fuerzas Militares lograron la libertad
de 15 secuestrados el pasado 2 de julio. Algunos ya empiezan a decir que el
milagrito también se le debe al Señor Cautivo de Ocaña, que desde enero de 2007
fue puesto al costado de un monumento a los secuestrados construido en el
Ministerio de Defensa.
Un mes después de
ponerse la imagen del santo, en la que aparecen las manos de un civil y un
soldado atadas con alambre de púas, se escapó el ex canciller Fernando Araújo,
tras seis años de secuestro por las FARC. En mayo siguiente se voló el
intendente John Frank Pinchao, luego de nueve años de cautiverio. Y de ahí en
adelante comenzaron las liberaciones. Parece que, por un tiempo, las Fuerzas
Militares cambiarán su devoción a San Miguel Arcángel, general de los ejércitos
celestiales, por el Cautivo milagroso, que liberó a 22 secuestrados”.